Como primer característica, podemos destacar que la vitamina C es de tipo hidrosoluble, esto significa que se trata de una sustancia que se diluye en líquido. La especificación mencionada debe ser tenida en cuenta porque, a diferencia de las vitaminas liposolubles, éstas se excretan a través de la orina, por lo cual es conveniente realizar una ingesta diaria de vitamina C.
Otro punto a tener en cuenta, es que al ser hidrosoluble, los alimentos pierden partes de esta vitamina cuando son preparados y expuestos a la cocción. La recomendación en estos casos es utilizar el líquido sobrante luego de hervir ciertas verduras, otra opción es cocerlas al vapor o, la opción más sencilla es comerlas crudas hechas en ensaladas frías.
Esta vitamina se encuentra en mayor cantidad en los denominados vegetales verdes -alcachofa, rúcula, lechuga, puerro, pepinos…-, también en la frutas cítricas -naranja, pomelo…-, las papas, las batatas y similares a estos últimos.
También puedes encontrar más información sobre la vitamina C en otras noticias de este blog.
Dosis recomendada
La cantidad recomendada por día de esta vitamina, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es de 90 miligramos para los hombres y, en el caso de las mujeres, es de 75 miligramos. En el caso del pimiento rojo, posee 190 miligramos de vitamina C cada 100 gramos, el perejil 130 miligramos y la naranja 50. Cabe destacar, que los niveles de ingesta que la OMS indica sobre esta vitamina, varían según la intensidad de la actividad que cada persona realiza y la frecuencia de la misma.
Para cubrir la dosis diaria te recomendamos esta receta de pimientos rellenos que se ha publicado en nuestro blog.
Otros beneficios
Los beneficios que genera inciden en primer lugar sobre el sistema inmunológico, lo fortalece y colabora así con la prevención de varias enfermedades. También alivia resfriados y mejora las articulaciones, actuando sobre los cartílagos, huesos, dientes y encías. Facilita la absorción de hierro y es de importancia para la reconstrucción de los tejidos como la piel.
Vale la pena aclarar que, si bien la vitamina C no puede ser fabricada por el cuerpo humano y éste tampoco puede almacenarla en grandes cantidades, no se debe exceder en su consumo. Ingerir demasiados niveles de esta vitamina puede generar un efecto adverso sobre los huesos, empeorando dolencias en los mismos y, por ende, sobre las articulaciones. La mejor forma de mantener una dosis estable de la vitamina C es realizar una dieta variada que contenga alimentos ricos en esta sustancia.
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