La Organización Mundial de la Salud recomienda no exceder los
2400 mg de sodio en la dieta diaria, sin embargo, en la actualidad somos muchos los que excedemos este valor, poniendo en riesgo nuestra salud.
La principal fuente de sodio de la dieta es la sal de mesa, compuesta en un 40% de sodio, no obstante, existen muchos alimentos que, sin darnos cuenta, poseen gran cantidad de sodio en su composición, es decir, existe un elevado porcentaje de sodio oculto en los alimentos que consumimos a diario.
Por ejemplo, el jamón serrano, los fiambres y los embutidos, pueden alcanzar los 2,5 gramos de sodio por cada 100 gramos, lo cual supera la recomendación de ingesta total de sodio por día. Por otro lado, los quesos, los aderezos, la manteca o la margarina, también son grandes fuentes de sodio que van desde los 200mg% hasta los 700mg% en el caso de las mantecas.
En España, el consumo de pan representa el 19% del sodio de la dieta, y son los panes de molde los que más sodio contienen (entre 500 y 700mg%), no obstante, el pan español pretende reducir su contenido de sal progresivamente para proteger la salud de quienes lo consumen.
Si analizamos la cantidad de sodio que podemos consumir con éstos alimentos, así como con las conservas, los snacks comerciales (patatas fritas, galletitas, entre otros), sumado al sodio natural de frutas y verduras y al que agregamos mediante la sal de mesa, es claro que superamos ampliamente las recomendaciones.
Por ello, es importante que sepamos que los alimentos con mayor contenido en sodio son los fiambres, embutidos, quesos duros, snacks comerciales, caldos concentrados, pescados y carnes curadas y conservas o encurtidos, ya que de ésta forma, moderando su consumo, podremos alcanzar la recomendación de la OMS de nos consumir más de 2.4 gramos de sodio por día.
Por supuesto, si elimináramos la sal de mesa también estaríamos dando un gran paso, pero a veces, es más difícil lograr ésto que reducir el consumo de alimentos con sal oculta como los antes dichos.
Fuente: vitonica.com