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Al ajo se le han atribuido múltiples efectos sobre la salud. ¿Qué sabemos de verdad (verdad científica) sobre las propiedades del ajo?
El ajo y sus derivados han sido ampliamente reconocidos como agentes de prevención y tratamiento de enfermedades metabólicas cardiovasculares y otras como la aterosclerosis, la hiperlipidemia, la trombosis,la hipertensión, la demencia, el cáncer o la diabetes. El uso medicinal del ajo tiene una larga historia. Su uso como un remedio para las enfermedades del corazón, tumores y dolores de cabeza se documentan en el antiguo Egipto, en la Biblia y ha sido un tratamiento tradicional en muchos países, sobre todo el Cercano Oriente, China y la India.
Los efectos neuroprotectores de ajo
El sistema nervioso es la red de comunicación importante en el cuerpo humano. Su normal funcionamiento depende en gran medida el mantenimiento de su integridad estructural y muchos procesos metabólicos complejos. Los trastornos neurodegenerativos incluyen la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Huntington y la esclerosis lateral amiotrófica (enfermedad de la motoneurona). Los efectos neuroprotectores del ajo, si existen, vienen dados por los efectos sobre el sistema circulatorio y su función antioxidante ya que existe una relación causal fuerte entre las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades neurodegenerativas.
El ajo y el sistema circulatorio
La hiperlipidemia constituye un importante factor que predispone a la aterosclerosis. El valor medicinal del ajo es conocido por su reducción de lípidos en sangre y su efecto anti-aterogénico.
El efecto protector del ajo sobre la aterosclerosis se ha atribuido a su capacidad para reducir el contenido de lípidos en la pared arterial. El ajo inhibe la agregación plaquetaria tanto en sujetos sanos como en pacientes con enfermedad cardiovascular. En las poblaciones que consumen ajo durante largos períodos (≥ 300 mg de polvo de ajo / día durante ≥ 2 años) se ha observado la atenuación del aumento de la rigidez de la aorta con la edad.
El ajo se ha mostrado eficaz contra las enfermedades causadas por la oxidación celular.
La oxidación de las LDL aumenta el riesgo de la aterosclerosis, enfermedad cardiovascular y cerebrovascular.
Ajo contra los resfriados
La alicina, un compuesto organosulfurado que se encuentra en el ajo y que es liberada cuando el ajo se corta o mastica, pero se inactiva con la cocción. Tiene propiedades antivirales in vitro.
Un estudio de 146 adultos sanos comparó el extracto de altas dosis de alicina (180 mg al día) con un placebo durante 12 semanas durante los meses de invierno. Los resultados fueron espectaculares: el grupo que se trató con alicina tuvo un 64% menos resfriados y la duración de los síntomas se redujo en un 70%. Cabe destacar que la preparación de la alicina utilizada en este ensayo se diferencia de las preparaciones típicas de ajo:contenía 180 mg de alicina, mientras que un ajo fresco contiene entre 5 y 9 mg, y la mayoría de los extractos de ajo contienen también una menor cantidad. El único efecto secundario fue, el tan conocido mal olor y los eructos. Estamos hablando por tanto de un ensayo hecho con una cantidad que podría equivaler a unos 20 ajos crudos. No sabemos qué podría pasar con dosis inferiores, aunque mi experiencia es que 1-2 ajos al día son mano de santo contra los resfriados.
Ajo para prevenir la osteoartritis de cadera
Existe un estudio recientemente publicado que, a falta de confirmación por otro grupo independiente , muestra que el ajo y la ingesta de cítricos protegen frente a la osteoartritis. El estudio fue realizado con parejas de gemelos. La ingesta de alimentos se evaluó mediante un cuestionario y la osteoartritis se determinó mediante radiografía. Los análisis se ajustaron por edad, índice de masa corporal y la actividad física.
El análisis de la dieta revela que gran cantidad de frutas y verduras en la dieta protegia contra la osteoartritis. El consumo de frutas no cítricas y ajo tuvo el mayor efecto protector.
Ajo contra el cáncer
Existen numerosos estudios en células in vitro y en animales, que evidencian siempre una relación entre la ingesta de ajo y la reducción de riesgo de cáncer. También existen algunos estudios que muestran una asociación inversa en los seres humanos.
Sin embargo,una búsqueda bibliográfica de artículos publicados en el período 1955-2007 sobre el consumo de ajo y el cáncer demuestra que, hasta la fecha, no hay evidencia creíble que apoye una relación entre la ingesta de ajo y un menor riesgo de cáncer gástrico, de mama, pulmón o cáncer de endometrio. Existen pruebas muy limitadas que muestran una relación entre el consumo de ajo y un menor riesgo de cáncer de colon, próstata, laringe esófago, oral, de ovario o de células renales.
Ajo y presión arterial
En una revisión realizada hace un par de años que incluyó numerosos artículos científicos, se evidenció que los suplementos de ajo ejerce un efecto hipotensor, en particular en individuos con presión arterial elevada. La mayoría de los estudios incluidos en esta revisión utilizaron dosis de ajo en polvo de 600 a 900 mg por día, proporcionando potencialmente 3.6-5.4 mg de alicina, el compuesto activo en el ajo. Los dientes de ajo fresco (~ 2 g) proporcionan entre 5-9 mg de alicina. La suplementación con preparados de ajo en comparación con el ajo crudo tiene la ventaja de reducir o evitar aliento a ajo y el olor corporal y evita la posible destrucción de los compuestos activos en el proceso de cocción. Dado que el ajo por lo general tiene una alta tolerancia, la suplementación con preparados de ajo puede proporcionar una alternativa aceptable o una opción de tratamiento complementario para la hipertensión.
Efectos adversos
La alimentación prolongada con niveles altos de ajo crudo en ratas produce anemia, pérdida de peso y retraso del crecimiento. Una dosis de 5 ml / kg de peso vivo produjo la muerte debida a una lesión del estómago. La administración crónica de ajo en polvo (50 mg / día) inhibe la espermatogénesis en ratas. La ingestión de uno o dos dientes de ajo al día se considera segura en adultos. El efecto secundario más común del ajo ingerido es mal aliento y olor corporal. El consumo de cantidades excesivas de ajo, especialmente con el estómago vacío, puede causar malestar gastrointestinal, flatulencia, y cambios en la flora intestinal. Se han notificado casos de dermatitis alérgicas, quemaduras y ampollas con la aplicación tópica de ajo crudo. Se ha sugerido que los pacientes que toman anticoagulantes tengan cuidado al tomar el ajo por sus propiedades anti-trombóticas.
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