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NUESTRO CEREBRO IGNORA LAS CONVERSACIONES ABURRIDAS

¿Me estás escuchando?

¿Cuántas veces hemos tenido que oir esta frase de una persona más o menos enfadada? Son muchas las ocasiones en las que soportamos monólogos poco interesantes a los que prestamos poca anteción. Lo que no sabiamos es que nuestro cerebro también trampea con estas conversaciones economizando esfuerzos. 
oído-cerebro

En la comunicación humana, el discurso directo (por ejemplo, Pablo dijo: "Me voy de casa") se percibe como más vivo que el estilo indirecto (en el ejemplo, "Pablo dijo que se iba de casa" ). 
Un estudio recientemente publicado por investigadores del Instituto de Neurociencia y Psicología de la Universidad de Glasgow demuestra mediante la utilización de la resonancia magnética funcional, que el discurso directo provoca una mayor actividad cerebral en las áreas de voz temporales de la corteza auditiva que el estilo indirecto. 

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