La caries dental es la destrucción localizada de los tejidos del diente por los ácidos, en particular el ácido láctico, producido por la fermentación de carbohidratos de la dieta por las bacterias en la placa dental.
La leche y sus componentes ejercen un efecto anticaries que varía en función del componente y la especie de la que se trate. Además de los más conocidos, el calcio y el fósforo, la leche contiene otros factores de protección más potentes. Este efecto se ha atribuido a deteminadas fracciones de la caseína que contienen múltiples residuos de serina. El fosfopéptido de caseína tiene una notable capacidad para estabilizar el fosfato de calcio, uniéndose a él y formado moléculas complejas de fosfato de calcio y caseína. Tanto es así que se está comenzando a comercializar un compuesto de fosfopéptido de caseína para el tratamiento de las caries.
Esta molécula formulada en forma de pasta pueden aplicarse al diente aumentando la disponibilidad de calcio y fósforo, impidiendo la desmineralización y mejorando la remineralización del diente con caries. Calcio y fósforo se difunden en la lesión dental y remineralizan el diente.
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